Los jóvenes y la política peruana

Un ensayo de un texto argumentativo, propicio para estas fechas:
¿POR QUÉ NO LES INTERESA LA POLÍTICA A LOS JÓVENES?
Todos sabemos, debemos o deberíamos de saber que somos animales políticos por naturaleza como lo decía el filósofo griego Aristóteles en “La política” hace 26 siglos y pienso que tuvo y tiene toda la razón; sin embargo, el actual desprestigio de la que goza, infelizmente, la nuestra, me aleja cada vez más de ella aunque sé que es parte de mi responsabilidad como peruano. Asumo que el hacer política no es solo ser parte integrante de un partido o movimiento político, hacer política es interesarse por el bienestar de nuestros pares, es interesarse por ser agente activo del cambio en nuestra sociedad, cada vez más denigrada por aquellos que ejercen el poder gracias a nuestros votos, gracias a que nosotros los hemos elegido como nuestros representantes para que den solución a nuestros problemas sociales (que no son pocos).
Si nos tomáramos unos minutos para realizar una “encuesta” real y no de esas que nos inducen al voto desinformado y que nos consuelan con un “roba pero hace obras”, entre nuestro entorno inmediato no nos deberíamos de sorprender que a más del tercio de los “encuestados” no les interesa el tema, recientes estudios demuestran que son los jóvenes los más apáticos al respecto. Y el porqué de esta crisis no es un secreto: un nivel de corrupción vergonzante, lobbistas que anteponen sus intereses personales antes que los de toda una nación, búsqueda del poder por el poder monetario, caudillos que nunca permitirán el recambio generacional, parlamentarios que distan demasiado de ser un ejemplo a seguir por el resto de la población, entre otras tantas “perlas” que abundarían demasiado este texto.
Despertamos cada día con noticias referidas a ex presidentes corruptos encarcelados y, otros que aún tienen la habilidad de no dejarse atrapar o que siguen buscando que sus delitos prescriban o que vuelvan a prescribir, porque “el que no la debe no la teme”; congresistas que dominan, literalmente, a un Ejecutivo maniatado que de vez en cuando se lanza a sí mismo un salvavidas al que no quiere llamar indulto presidencial, aunque todo el país ya lo sospeche. Informes que arrojan sal sobre las heridas abiertas de una población que confía muy poco o que simplemente ya no confía en ningún político y en nada de lo que este represente. Lamentablemente.
Por todo lo antes expuesto, es más que necesaria la generación de espacios de discusión y debate sobre esta problemática nuestra, desde las aulas, en todos los niveles de educación y son los maestros, padres y representantes políticos los responsables de brindarnos esas condiciones. No está, solo, en las manos de los jóvenes, ellos no han sido ni son los causantes de la situación actual de la política peruana, pero si serán los únicos que podrán cambiarla.
Un ensayo de un texto argumentativo, propicio para estas fechas:
¿POR QUÉ NO LES INTERESA LA POLÍTICA A LOS JÓVENES?
Todos sabemos, debemos o deberíamos de saber que somos animales políticos por naturaleza como lo decía el filósofo griego Aristóteles en “La política” hace 26 siglos y pienso que tuvo y tiene toda la razón; sin embargo, el actual desprestigio de la que goza, infelizmente, la nuestra, me aleja cada vez más de ella aunque sé que es parte de mi responsabilidad como peruano. Asumo que el hacer política no es solo ser parte integrante de un partido o movimiento político, hacer política es interesarse por el bienestar de nuestros pares, es interesarse por ser agente activo del cambio en nuestra sociedad, cada vez más denigrada por aquellos que ejercen el poder gracias a nuestros votos, gracias a que nosotros los hemos elegido como nuestros representantes para que den solución a nuestros problemas sociales (que no son pocos).
Si nos tomáramos unos minutos para realizar una “encuesta” real y no de esas que nos inducen al voto desinformado y que nos consuelan con un “roba pero hace obras”, entre nuestro entorno inmediato no nos deberíamos de sorprender que a más del tercio de los “encuestados” no les interesa el tema, recientes estudios demuestran que son los jóvenes los más apáticos al respecto. Y el porqué de esta crisis no es un secreto: un nivel de corrupción vergonzante, lobbistas que anteponen sus intereses personales antes que los de toda una nación, búsqueda del poder por el poder monetario, caudillos que nunca permitirán el recambio generacional, parlamentarios que distan demasiado de ser un ejemplo a seguir por el resto de la población, entre otras tantas “perlas” que abundarían demasiado este texto.
Despertamos cada día con noticias referidas a ex presidentes corruptos encarcelados y, otros que aún tienen la habilidad de no dejarse atrapar o que siguen buscando que sus delitos prescriban o que vuelvan a prescribir, porque “el que no la debe no la teme”; congresistas que dominan, literalmente, a un Ejecutivo maniatado que de vez en cuando se lanza a sí mismo un salvavidas al que no quiere llamar indulto presidencial, aunque todo el país ya lo sospeche. Informes que arrojan sal sobre las heridas abiertas de una población que confía muy poco o que simplemente ya no confía en ningún político y en nada de lo que este represente. Lamentablemente.
Por todo lo antes expuesto, es más que necesaria la generación de espacios de discusión y debate sobre esta problemática nuestra, desde las aulas, en todos los niveles de educación y son los maestros, padres y representantes políticos los responsables de brindarnos esas condiciones. No está, solo, en las manos de los jóvenes, ellos no han sido ni son los causantes de la situación actual de la política peruana, pero si serán los únicos que podrán cambiarla.

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